22.4.13

Falsos cuentos o cuentos para reir con poesía / Falsos contes o contes per riure's amb poesia

Quieres que te cuente el cuento de...? -il. d'autor desconegut-
Continuem recuperant el nostre folklore, hui amb els falsos contes, contes mínims o contes de mai acabar. Són contes molt curtets que tenen una estructura més o menys fixa i que sempre suposen un joc amb l'interlocutor -xiquets i xiquetes-. Hi ha un grapat d'ells, amb moltíssimes versions. Us recomanem llegir l'article  de Juan Rodríguez Pastor, El engaño, un factor destacado en el folklore, publicat en la Revista de Folklore (1991, n. 124) que parla d'aquests contes i moltes més coses.

Contes que van somriure als xiquets i també desesperar-los un poc. Si en coneixeu més en agradaria que ens ho escriguéreu en els comentaris i així ampliar-ne. Segur que si pregunteu als avis ells en saben, doncs són els gran depositaris del tresor del nostre folklore.

Este era un rey
que tenía tres hijas
las metió en una canasta
y... para cuento basta
*

Un ratoncito
iba a por un arado
y este cuentecito
¡ya se ha acabado!
 *
Este era un gato,
que tenía los pies de trapo
y la barriguita al revés.
¿Quieres que te lo cuente otra vez?
*
El cuento de María Sarmiento,
que se fue a cagar
y se la llevó el viento.

Cagó tres peloticas:
una pa Juan,
otra pa Pedro,
y otra pal que hable primero
*

-¿Quieres que te cuente
el cuento de la canasta?
-Sí.
-No, que se gasta.
*

Este es el cuento de la banasta
y con esto, basta que basta.
*

¿Te cuento el cuento del haba?
No, que en seguida se acaba.
*

Este era un rey
que tenía tres hijas,
las metió en una banasta
y con esto basta.
*

Esto que era una vez un soldao
mu colorao, mu colorao...
¡Qué bonito hubiera sío mi cuento,
si no se hubiera acabao!
*

Yo era un soldaíno,
me bebí una copa de vino,
y... ¡ah, qué cuento más chiquinino!
*
 
Esto que era una vez
un pajarito que estaba en un peral...
Si no se ha ido, allí estará.
*

Un ratoncito iba por un arado,
y este cuento ya se ha acabado.
*

Esto era una vez un rey que tenía tres hijas... -il. Lola Renn-

¿Quieres que te cuente un cuento
muy largo, muy largo, muy largo?

Un ratón se subió a un árbol,
este cuento ya no es más largo.
*

Esto era una vez una zorra
y se metió en un centenal,
y se metió una paja por er culo,
y dijo: -¡Ua, ua, ua, ua!.
y ya está.
*

Esto que era una vez,
esto que eran dos veces...

¡Qué riquitas me estuvieron
las sopitas de peces!
*
 
Este era un padre
que tenía tres hijos
y los metió en un canuto,
¡Mira qué bruto!
*

Este era un padre
que tenía tres hijas;
las vistió de colorao
y las puso'n er tejao.
*

Cuento de pan y pimiento,
lo ponieron en la torre
y se lo ha llevao el viento.
*

Este es el cuento del candado,
apenas lo comienzo,
ya se ha terminado.
*
 
El cuento del gallo pelao.
Ya está contao.
*

Este cuento se lo llevó el viento
y pasó por un zapatito roto
para mañana contarles otro.
*

Os cuento el cuento de María Sarmiento...? -il. Alberto Montt-

Pos, señor, que éste era un gato,
y tenía los pies de trapo
y la cabecita al revés.
¿Quieres que te lo cuente otra vez?
*

-Había una vez un burro
que hablaba inglés.
¿Quieres que te lo cuente otra vez? -Sí.

-Pues había una vez un burro que...
*

Esto era un gato
con la barriga de trapo
y la nariz al revés.
¿Quieres que te lo cuente otra vez?

-Yo no te digo ni que sí ni que no,
yo te digo que si quieres que...
*

Era una vez y vez
una cabrita que tenía un chivito
con los ojitos de ver
y el culito de lamer .

¿Quieres que te lo cuente otra vez?

Era una vez y vez...
*

Tú quieres que te cuente
un cuento de pan y pimiento
que nunca se acaba a presto?

-Yo lo que te digo es que si quieres
*

-¿Quieres que te cuente
el cuento de la peladillete?

-Sí (o no).

-No te digo ni que sí ni que no,
sino que si quieres que te cuente...
*

-¿Quieres que te cuente
el cuento de la buena pipa
que nunca se acaba
y ya se acabó?

¿Quieres que te cuente... ?
*

Este era un cura y tenía un coche
que andaba de día y de noche;
iba a la huerta y decía:

-Mujer, ten cuenta.

-María, cuenta tengo.

y como iba diciendo,
éste era un cura...
*

Pues, señor, érase un pastor
que tenía una pata hinchá,
que tan pronto se hinchaba
como se deshinchaba,
pero ahora viene lo mejor:
érase un pastor...